domingo, 8 de junio de 2014

“TIEMPO CAUTIVO” de Yolanda Lagos Garay

(Editorial Atena,1988)

Asocio la poesía de Yolanda Lagos Garay con la rebeldía del árbol chilote que no se deja vencer por el viento más intenso. Leamos:

“Permanezco en el lugar de todas las ausencias
En espera que ese alguien que se asoma y no se aleja
En medio del placer y la agonía”

El retorno del paisaje de la infancia florece y perfuma cada verso y tiene la virtud de embriagar al lector con su  remembranza:

“Acariciada por el viento y la lluvia
Detenerme en la esquina del pasado
Donde jugó la brisa de mi infancia
Donde solía soñar sin lastimarme”

La espera del ausente es la esperanza que no muere y mantiene el goce de la vida en el ensueño y la fortalece.

“¡Oh! tú que has de venir
A derribar el árbol más vetusto del bosque
A tocarme la frente y ser ungida,
Te nombraré guardián de mi morada
Por siempre reinarás sobre la muerte”

Emotivo, lleno de sinceridad está el amor filial, en álbum para mi hijo, ligado al otro amor de la tierra:

“Cada roca modela tu costado
 Cada ola pronuncia  tu nombre
 Y en la arena te escribo un mensaje”

Leer a Yolanda es vivir el amor al terruño, superar el dolor y sentir el encanto del a mejor poesía.

Lo confirman las palabras de  Juan Godoy:
“En la obra de Yolanda Lagos Godoy está ubicada en la línea de la poesía  chilena alta, la cuajada en coágulos de hondas vivencias- argamasa de paisaje, alma y tiempo-, que constituyen la vida profunda y brotan hechas canto en el poema”.


Sergio Bueno                                                   

“HISTORIAS NO CUENTOS”



En la 34° Feria del Libro  de Viña del Mar –amplia, acogedora, con volúmenes a granel, y un público entusiasta y abundante- intercambiamos algunas palabras con el escritor Luís Alfonso Tapia y se prosiguió la conversación en la lectura de “Historias no Cuentos” de su autoría: pluma ágil, sorprendente que nos hace participar de acontecimientos que apasionan, deslumbran e integran al lector.
Entre estas historias, hay una incluida  en las solapas, donde está descrita la existencia de Luís Alfonso Tapia: su largo y difícil caminar por la existencia.
Celebramos, además, el homenaje al escritor Alfonso Alcalde Ferrer, con la dedicatoria  “A mi maestro”.
Valorizamos esta publicación por desentrañar la vida en fragmentos  insólitos, llenos de humanidad.
                                             

Sergio Bueno

sábado, 26 de junio de 2010

MARCHIGÜE YA TIENE UN NOMBRE EN LA POESÍA


Marchigüe siempre ha sellado su nombre en nuestro corazón por su paisaje, por su gente, por su pasado. Sus calles abiertas, su cielo de transparencia de luz, sus molinos como un reloj marcando el tiempo, su tierra generosa con olor a hierba, con olor a flores multicolores.

Ahora no nos detenemos en su plaza abierta como una mano amiga, sino que escudriñamos su pasado en las páginas de un libro, un libro de poemas: “Marchigüe y sus raíces” de Valentín A. Fajardo Ríos. Conocimos al poeta en una esquina de este pueblo, y nos quedó el eco de su voz cuando confesó que este ejemplar estaba naciendo como cada aurora.

Marchigüe llamado “pueblo del viento, lugar de tierra gredosa, azuela o herramienta para labrar maderas o pueblo de brujos” cualquiera denominación es posiblemente la cierta, para el poeta es la tierra inspiradora la que canta en su poesía.

En este momento están con nosotros a quienes el poeta rinde merecido homenaje: Laureano Cornejo, Hemiterio Ruz, Heriberto Arias, María Florencia Díaz, Carlos Cuero, Jorge Farías, Juanito Huerta, María Teresa Caroca, Serafín Anselmo, Olegario Pérez Contreras, Gonzalo Farías Vargas, José María Hurtado, Arnoldo de La Barra, profesor creador del himno primero (que ha distinguido a este pueblo) y así -tantos otros que se inmortalizan en el libro-.

Sergio Bueno

MI LENGUAJE ES EL GEMIDO



“Cantos a la muerte” de Ricardo Navia (Selección y prólogo de Julián Gutiérrez. Ediciones Santiago Inédito. Colección Margen Poniente) Antología

“Mi lenguaje es el gemido” subraya el poeta en confesión auténtica para advertirnos el camino gris y doloroso por donde avanza su trabajo creativo.

En el recital poético en la Casa del Escritor está presente en su temática –descarnada, dolida, sincera- que no escabulle enfrentarse ante la evidencia con actitud serena, meditada, tranquila, que el lector la siente y participa de este mensaje con la solidaridad de quien tiene un mismo destino.

Julián Gutiérrez, Sergio Rodríguez Saavedra, Fernando Quilodrán y lecturas de poemas por Natalia, hija del autor le dieron a esta ceremonia sobriedad y recogimiento, que agradeció emocionado Ricardo Navia, presente en la sala con su grupo familiar.



Sergio Bueno