Las dos acepciones catalogan Ramas y Raíces dentro del concepto revista.
Esta recopilación es el producto de la perseverancia, de la huella, que deja nuestro paso, quizás lento y vacilante, por el largo y complejo sendero de la literatura. Esa voz que, lunes a lunes, se escucha en el auditorio con el mensaje que Internet ilumina el camino, la presencia del diario amarillento que también acude a nuestra ayuda y, naturalmente, la propia participación.
Pero por sobre todo, es la expresión escrita de cuánto se habla en las jornadas de lectura para perdurar, para hacerse coro con las impresiones que el lector necesitará compartir con el vecino.
Posiblemente, es el grito estentóreo que reclama un espacio en la comunidad: ¡existimos!
Quiero confesar mi profundo gozo por las emociones que me embargan en cada reunión de estas jornadas: con qué entusiasmo, vehemencia, cariño se muestra este amor por la palabra y como todos, impregnados de su encantamiento, de su hechizo logran ennoblecer sus corazones, fortalecer su espíritu y entrega nueva vida.
A estas sesiones – muy disciplinadas- llegan los escritores que dejan el mundo de su silencio en los libros de la biblioteca, para compartir su mensaje, la belleza del idioma con nosotros. Así estuvieron Ricardo Palma, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Jorge Luís Borges, Juan Rulfo, Julio Cortázar que nos hace sentir la grandeza de
Así la lectura es personal, cuando tenemos un libro en las manos, pero es colectiva cuando la integramos al grupo y participamos de su mensaje.
La lectura es un placer, dice
Aquí estamos plenos de vigor, de envidiable dicha al entregar al conocimiento público estas Ramas y Raíces, convencidos que van a germinar en nuevas ramas y raíces que es la tierra generosa, el alma de todos ustedes.
Sergio Bueno
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